Bienvenido Marçal: Fotografías de parto en el Hospital Parc Taulí

Marçal se hizo esperar. Pero sus padres ya sabían lo que era eso porque su hermana Chloe también apuró hasta el final. Es curioso como casi siempre las madres saben realmente escuchar su cuerpo, y ese día Irene sabía que estaba de parto, aunque en el hospital no parecían tenerlo tan claro y nos hicieron irnos de madrugada para volver al salir el sol. Y allí estábamos, iba a fotografiar de nuevo un parto en el Hospital Parc Taulí.

Una vez allí todo sucedió de manera tranquila (no sin esfuerzo, pero Irene era capaz de mantener el aplomo de una manera increíble, sólo necesitaba el abrazo de Xavier). Y con la comadrona de guardia, Roser, formamos un equipo, cada uno con nuestra misión (la mía muy mínima comparada con la de los demás, lo sé) todos listos para recibir a Marçal.

Y cuando llegó lo hizo de una manera serena, como si casi no se diese cuenta de lo que estaba pasando. De nuevo se tomó su tiempo, y poco a poco se fue abriendo paso a la nueva vida que le esperaba ya fuera de su madre. Es increíble ver nacer, lo diré siempre, da igual cuántos partos pueda presenciar. Y cuando los ves entre dos mundos, con la cabeza ya en nuestro mundo y el cuerpo aún dentro del de su madre, se hace evidente que el nacimiento no es en sí el principio de la vida, es una transición, de un tipo de vida a otra. Y aunque respira por sí mismo sigue necesitando a sus padres para vivir. Y Marçal lo sabía, y en cuanto pudo se enganchó literalmente al pecho de Irene y por lo que me cuentan sigue más o menos así…