El motivo de que en las sesiones de recién nacido busquemos que se duerman no es otro que conseguir que estén tranquilos y se puedan amoldar a posiciones en los que podamos ver todos sus rasgos y detalles. Además, a mi personalmente me transmite una gran paz ver un recién nacido durmiendo y me gustan especialmente las posiciones que nos hacen imaginar cómo debían estar en su época fetal, hace tan solo unos días.
Cuando los recién nacidos están despiertos suelen moverse mucho y con poca o ninguna coordinación, haciendo muecas sin parar. Pero cuando consigo atrapar la mirada serena de alguno, como en este caso Hugo, se convierte en una de mis fotografías preferidas.