Las sesiones de recién nacidos con hermanos mayores pueden ser un poco complicadas. Por muy ilusionado que el hermanito o hermanita mayor esté hay que tener en cuenta que es una situación nueva, donde cada miembro de la familia está aún intentando ubicarse en el nuevo «orden familiar». A veces eso lleva a que el hermanito mayor necesite estar más apegado de su madre, justo en unos momentos en los que la mamá ha de estar muy pendiente del pequeño, o incluso puede que no se encuentre bien.
Si además el hermano o hermana mayor está en una edad complicada como pueden ser los «terribles dos años» puede que la sesión sea a ratos un pelín caótica, pero parte de mi trabajo es saber lidiar con ése caos y reconducir la situación. La verdad es que al ser madre de cuatro estoy acostumbrada a vivir con cierto caos semi permanente así que ahí tengo experiencia acumulada. Y todos los esfuerzos valen la pena para conseguir imágenes como éstas, que estoy segura que serán alguna de las favoritas para la familia (y seguro que para las hermanas cuando sean mayores también).
A todo esto, en este caso he de decir que la hermanita mayor fue un sol y no nos lo puso difícil. Os dejo unas cuantas fotos de estas dos preciosidades.