Hace un tiempo nos dimos cuenta de que paseamos poco por nuestra ciudad y que nos encanta ir redescubriendo barrios ya conocidos y otros menos explorados. Decidimos que callejearíamos más a menudo por que hay mucho por disfrutar en nuestra ciudad. Estos pasados días de vacaciones de semana santa nos quedamos en casa, así que era el momento perfecto. Esta vez no sólo callejeamos si no que disfrutamos (en muy buena compañía) de un par de cafés muy recomendables.
El primero no es ciertamente un café, es una Herboleria, «O Teteria Malea» en Sants, muy cerca del parque de la España industrial. A mi hermana Paty, que vive desde hace años en Suecia, le encanta pasear por el Sants antiguo y comprobar que aún se pueden encontrar establecimientos auténticos, con la más pura esencia del barrio. En esta “Herboleria” todo es ecológico, des de la larga lista de tés que ofrecen hasta las “madalunis” y pasteles caseros. Además el ambiente es muy íntimo y tranquilo.
Para la segunda opción hay que cruzar Barcelona hasta el lado opuesto, a un barrio también muy tradicional, Sant Andreu. Allí pudimos disfrutar de unas bravas y unas cervecitas en el “Versalles”, antiguo casino del barrio y con 80 años de historia. Lo tradicional aquí es venir a hacer el típico “vermut” y escoger alguno de los muchos montaditos apetecibles que se muestran en la barra, o comer o cenar de tapas también es una excelente opción. Familias, parejas y gente mayor se mezclan en un ambiente de lo más acogedor.